Preguntas y respuestas

Aunque parezca una paradoja, el biochar hay que activarlo y cargarlo si va a añadirse a los cultivos, porque es tan potente que hay que tener cuidado con todas sus virtudes. Ya, suena raro, pero es así. 

Su enorme capacidad de adsorción hace que en todo su potencial, retenga demasiado los nutrientes que hay en el suelo impidiendo que estén disponibles para las plantas, que es lo que queremos. 

Es verdad que con el paso del tiempo el biochar crudo se iría equilibrando, pero lo que hacemos al activarlo es acelerar lo que en el suelo tardaría en ocurrir 2 años aproximadamente. Le restamos manualmente capacidad de adsorción, o mejor dicho, la aprovechamos para algo beneficioso de modo que sea un insumo positivo para tus plantas desde el primer minuto.

No es biochar propiamente dicho aquel subproducto que aparece en diferentes procesos industriales que no implican una pirólisis específicamente diseñada para crear este biochar. Eso puede ser carbón, también conocido como carbonilla, pero no biochar.

La cuestión es que para conseguir un producto capaz de secuestrar carbono en tan alta proporción (más del 70%) y con todas las potencialidades que nos ofrece el biochar, es necesario hacerlo a partir de la pirólisis de restos vegetales controlando muy bien todas las variables, sobre todo la temperatura. Solo así se consigue una estructura altamente porosa (que será colonizada por microorganismos), con diversas granulometrías y con una capacidad de adsorción formidable. 

Dependerá de para qué quieres utilizarlo.

El biochar crudo tiene más de 55 usos reconocidos. Puede ser incorporado a las camas de ganado o ser utilizado como mejorante en tus pilas de compost o en tu humus de lombriz, por ejemplo. También puede usarse para procesos de descontaminación del suelo o purificación del agua y mejora también sustancialmente la producción de biogás. En cada caso, tendrás que aplicarlo de una manera diferente. Consúltanos sin compromiso, porque estaremos encantados de acompañarte y asesorarte.

En caso de que vayas a incorporarlo a algún cultivo, es muy importante tener en cuenta que antes tiene que ser cargado y activado correctamente. En VidaNegra tenemos ya listo ese biochar en diferentes versiones para que elijas el que más se adapte a tus necesidades. Dentro de la ficha de cada producto, encontrarás directrices de cómo aplicarlo a tu suelo para obtener el mejor resultado y aprovechar todos sus beneficios.

 

¡Esa es una buena pregunta! Pero no tiene una fácil respuesta.

No obstante, siempre hay una verdad de partida que no suele fallar: casi todos los suelos necesitan aumentar la materia orgánica y por tanto, ese debería ser el primer paso. Todo aporte es bueno e impactará positivamente en tu cultivo, por ello, nuestro compost enriquecido con biochar debería ser el primer paso si queremos empezar a regenerar el suelo. Aparte de estructura, aportará fertilidad y mejorará las condiciones generales de todo el ecosistema.

Una vez asegurado que el suelo cuenta con un buen nivel de materia orgánica, seguiríamos con el biochar activado (nunca en crudo, esto es importante). A ningún suelo le viene mal un aporte de microorganismos y la propia estructura del biochar sumará capacidad para la retención de agua y evitar el lixiviado de los nutrientes.

Desde VidaNegra recomendamos siempre añadir un refuerzo extra puntual antes de los periodos de cultivo y el té de compost es una buena manera de hacerlo. Su aplicación garantizará la llegada de nuevos microorganismos jóvenes con ganas de alimentarse y reproducirse en el momento adecuado. 

Las microalgas son ya la guinda del pastel. El postre riquísimo, porque lo que harán es reforzar estas relaciones tróficas, aportando además aspectos muy interesantes como resistencia ante adversidades ambientales o enfermedades, fomentar el crecimiento radicular… bueno, ¡una locura!

No obstante, ningún producto VidaNegra será perjudicial para tu suelo esté en el estado que esté. Siempre, siempre, siempre, van a suponer una mejora significativa frente a las condiciones actuales, así que no tengas miedo. No obstante, nosotros podemos también ayudarte a hacer un diagnóstico previo para organizar un plan específico para ti. ¡No dudes en llamarnos para charlar!

En VidaNegra sabemos que un suelo equilibrado y con mucha biodiversidad es un suelo que no necesita productos de síntesis química para poder ofrecer excelentes cultivos. No obstante, en caso de que hayas practicado un manejo muy dependiente de insumos químicos de síntesis en grandes extensiones productivas, nosotros te propondríamos que el giro a la agricultura regenerativa fuera prudente y escalonado. 

La razón es que, pese a que un suelo sano no requiere nada más que materia orgánica y microorganismos vivos (dicho de manera muy resumida), no sabemos cómo se encuentra tu suelo ahora mismo, las carencias que tiene y qué necesita exactamente. 

Por eso, pese a que estos insumos extra de síntesis suponen un impacto negativo para las comunidades edáficas, debemos ir reduciéndolos a medida que fortalecemos las cadenas tróficas del suelo y restauramos la naturaleza y su biodiversidad. Así, podremos acompañar el proceso aplicando biochar, compost o microalgas en los momentos adecuados para que finalmente, esa dependencia externa se acabe. 

Y si lo ves necesario, siempre podemos ayudarte a hacer un buen diagnóstico del punto de partida en el que se encuentra tu suelo, para poder elaborar contigo un plan de regeneración que se adapte exactamente a tu caso concreto. Consúltanos sin compromiso si te interesa que exploremos esta opción.

En caso de que mantengas un huerto pequeño, urbano, que lo quieras aplicar en tus macetas… entonces sí que nuestra recomendación es que te aventures a venirte al lado de la regeneración y cambies cuanto antes mejor. Cuando en tu suelo hay una buena cantidad de materia orgánica de calidad, una red trófica completa con mucha actividad microbiana, con un pequeñísimo aporte de minerales y un manejo adecuado, no necesitas más. Incluso las plagas y enfermedades tienden a desaparecer.

En definitiva, tú te encargas del manejo, nosotros de todo lo demás.

El biochar es una estructura cuyo origen es la materia orgánica pirolizada, con una composición enormemente estable (más del 70% es carbono). Por ello se mantienen en el suelo durante muchísimos años (cientos) sin degradarse y no aporta por sí mismo ningún nutriente a tus cultivos. Por el contrario, el compost es materia orgánica que ha sufrido un proceso de descomposición controlado por parte de microorganismos y otros animales (lombrices, larvas…), para convertirla en nutrientes que pueden ser absorbidos por las raíces. 

En caso de que vaya a ser utilizado como enmienda para el suelo, aprovechamos la altísima porosidad del biochar y su capacidad de adsorción para inocularle una enorme biodiversidad de microorganismos edáficos. Añadimos además los nutrientes necesarios para que colonicen todos esos poros y se cree el hábitat adecuado para su crecimiento. De ahí, al suelo.

Por otro lado, nuestro compost contiene una elevada diversidad de nutrientes que son beneficiosos para los cultivos, además de una rica comunidad microbiológica y una alta concentración de materia orgánica. En VidaNegra, además, enriquecemos este compost con una mayor biodiversidad de microorganismos y con un 15% de biochar, entre otras cosas, con lo que sus beneficios para el suelo se disparan.

Vayamos por partes, porque son muchas las diferencias a considerar.

En cuanto a los nutrientes, es verdad que el estiércol cuenta con una gran cantidad de ellos, pero su composición concreta es menos estable que la del compost, que suele contar con una mezcla más equilibrada. Por eso, cuando añadimos estiércol al suelo, podemos estar añadiendo una enmienda que podría carecer de ciertos nutrientes esenciales o incluso contener una cantidad excesiva de alguno de ellos.

Por otro lado, el proceso de fabricación de compost atraviesa etapas en las que aumenta mucho la temperatura en la pila, como consecuencia de las reacciones de descomposición de la materia orgánica que están llevando a cabo los microorganismos. Esto hace que aquellos patógenos o semillas no deseadas se destruyan y no acarreen consecuencias a la larga que puedan afectar negativamente a los cultivos.

Al hilo de lo anterior, la materia orgánica aportada por el compost mejora la estructura del suelo, aumenta la retención de agua y mejora la aireación, así como también da un impulso a la actividad microbiana. Se puede aportar la cantidad que se estime necesaria, porque incluso si se añade al suelo en cantidades mayores, no crea desequilibrio alguno en cuanto a las cadenas tróficas y la composición del suelo. El estiércol también aporta estos beneficios, pero su impacto puede ser menos consistente y depende, además, del tipo y el estado concreto del estiércol a la hora de aplicarlo. 

El grado de descomposición que presenta el compost minimiza los lixiviados de nutrientes (como por ejemplo los nitratos), mientras que si el estiércol no se maneja adecuadamente puede traer asociados esos problemas y también de contaminación por escorrentía. Tanto el lixiviado como la escorrentía son especialmente preocupantes en caso de que haya cuerpos de agua en áreas cercanas, bien sea superficiales o subterráneas. 

Dependiendo de la procedencia del estiércol y el tipo de manejo ganadero que hayan experimentado los animales, hay que tener en consideración también que el nivel de antibióticos y otras sustancias (ivermectina, por ejemplo) puede ser muy alta e impactar negativamente en el suelo alterando con ello la red trófica del mismo y rompiendo su equilibrio.

Es interesante resaltar también que el olor del compost maduro y bien elaborado (como el nuestro) es mucho más amable que el del estiércol que, sobre todo si es fresco, puede ser fuerte y demasiado desagradable como para estar expuesto de manera prolongada al mismo. El compost por el contrario, suele tener un olor a tierra muchísimo menos ofensivo.

Y ya para terminar, el proceso de aplicación al suelo es también un factor diferencial entre ambos productos, siendo el compost mucho más sencillo de añadir y manejar que el estiércol.

Básicamente, porque son un eslabón imprescindible en el ecosistema edáfico, que es el que asegurará que tus cultivos crezcan sanos y productivos. Son una rueda del engranaje sin la cual, la máquina no funciona y te obligará a depender de insumos . 

Dan estructura al suelo, fijan nitrógeno, potencian el crecimiento radicular, aportan resiliencia frente a sequías, retienen nutrientes, evitan plagas y enfermedades… Échale un vistazo a este apartado en el que explicamos más detalladamente cuáles son sus funciones para que puedas entender cómo son de necesarios.

Todos los productos VidaNegra son beneficiosos, independientemente del cultivo que tengas ahora mismo o quieras plantar: frutales, calabacines, trigo, olivos, plantas decorativas… Da igual, porque nosotros no vamos a alimentar tus plantas, sino que lo que haremos es alimentar tu suelo para que pueda crecer en él lo que tú quieras. Biochar, compost y microalgas: todo va encaminado a ese fin.

Además de poder aplicarse en extensiones de gran tamaño de tipo productivo, nuestras enmiendas son aptas para macetas domésticas, huertos urbanos, pequeñas huertas, plantas de exterior, de interior, patios, jardines… Allá donde haya una planta, siempre podrás mimarla con nuestras propuestas. 

No obstante, también tenemos un servicio personalizado en el que estudiamos tu caso en concreto, haciendo un análisis de la situación actual de tu suelo y el proyecto que tienes desarrollado en él (o el que quieres desarrollar). Eso nos permitirá ajustar un poco mejor nuestras recetas de compost, biochar o microalgas a tu caso concreto, e incidir más de lleno en las carencias que puede tener ahora mismo tu ecosistema edáfico para que puedas sacar el mejor provecho restaurando su equilibrio. No dudes en consultarnos.

A ver, tus plantas van a seguir necesitando nutrientes toda la vida. Es una cuestión de biología, lo que pasa es que esos nutrientes los van a obtener directamente del suelo gracias a la acción conjunta entre ellas y los microorganismos de la rizosfera. No van a necesitar que se los aportes tú directamente, con todos los impactos y los costos que eso supone. 

Los microorganismos tienen una función imprescindible en un suelo. Siempre están ahí, aunque a veces estas comunidades han sido reducidas o su biodiversidad se ha visto afectada considerablemente, mermando el número de especies que podemos encontrar en el mismo. Así, la cadena trófica no funciona correctamente y esto hace que el engranaje no ruede del todo y existan carencias en tu suelo. Si conseguimos regenerarlas y favorecer el crecimiento de una microbiota edáfica equilibrada y estable, ya no será necesario nada más.

Además, el biochar tiene una estructura enormemente estable, lo que hace que perdure en tu suelo muchísimos años (y cuando decimos muchísimos, nos referimos a cientos y cientos). Esto quiere decir que no se degrada, que es acumulativo y que no necesita reponerse, con lo que no tendrás que estar añadiendo más y más continuamente. Una vez que se haya encontrado el equilibrio, ya será suficiente.

Esta pregunta nos encanta porque la respuesta es sencilla: ¡sí! Nuestros productos ayudarán a que tu huerto urbano crezca feliz ¡y mucho! 

Verás qué cantidad de flores tendrán tus cultivos… Cosecharás hortalizas y frutas en tu propia casa que te proveerán de todos los nutrientes que necesitas para alimentarte sano.

En VidaNegra apostamos por construir a favor de la naturaleza, por ayudar a que se restaure y pueda ejercer todas sus funciones de forma equilibrada. Por eso tenemos un gran respeto por los ciclos naturales y trabajamos para imitarlos, porque en esa ciclicidad está parte de la clave e integrarla en nuestro manejo es remar a nuestro favor. 

En la naturaleza, el mayor aporte de materia orgánica que se hace al suelo se produce en otoño y es cuando los descomponedores y otros organismos entran a trabajar más enérgicamente. Por eso, el mejor momento para aplicar nuestros productos es precisamente ahí, cuando las comunidades de microorganismos edáficos están más activas. Esto significa que recomendamos añadirlos en otoño, para que se reproduzcan exponencialmente y puedan instalarse en tu suelo en su momento de máxima activación. 

No obstante, nuestros productos pueden aplicarse en cualquier momento. Añade microalgas a tus macetas cuando quieras, aporta un poco de humus a tu huerto cuando estimes necesario, dale un empujón al césped en primavera… Cualquiera de nuestros productos favorecerá la regeneración del suelo en cualquier temporada.

Es verdad que apostar por una agricultura regenerativa supone un vértigo y sensación de salto al vacío que implica ese cambio de perspectiva a cómo venías gestionando tus cultivos hasta ahora. Requiere un proceso interno de aprendizaje y cambio de rutinas que también hay que tener en cuenta y como sabemos que a veces es difícil, en VidaNegra colaboramos con muchos profesionales que pueden acompañarte en este proceso. Estamos aquí para ayudar, así que no dudes en contactarnos.

Tendríamos que echar números, calculadora en mano, para ver qué estás añadiendo al suelo ahora mismo, cada cuánto y cómo esos insumos revierten en la productividad de tu cultivo, para ver si el pasar de alimentar tus plantas a alimentar al suelo merecen la pena económicamente hablando de forma inmediata. Sin embargo, lo que sí que podemos asegurarte es que a medio y largo plazo, tus costes de mantenimiento se van a ver reducidos de manera palpable, así como tu dependencia de los grandes laboratorios. Y por si fuera poco, obtendrás unas cosechas mucho más sanas y nutritivas

Primero porque un suelo sano no requiere insumos extra, ya que hará el trabajo de alimentar tus plantas por sí mismo. Hay nutrientes suficientes en tu suelo, lo que pasa es que se necesita una comunidad de microorganismos que los digieran y que los preparen para que puedan ser absorbidos por las raíces. Cuando eso ocurra, no necesitarás alimentarlas más ni con fósforo, ni con nitrógeno, ni con nada. 

Por otro lado, un suelo sano retiene agua y aumenta por ello la cantidad disponible para los cultivos. Es decir, te vas a ahorrar en costos de riego. Además, los microorganismos ayudan a hacer frente a plagas y situaciones climáticas extremas, potencian el crecimiento radicular, aumentan la fertilidad… Es decir, van a ser más resistentes a las plagas y enfermedades sin necesidad de pesticidas. Quita por tanto de tu lista de costes asociados a la compra de productos y a las pérdidas por reducción de la productividad.  Y aunque no aumentará tu productividad, tendrás más rentabilidad. 

Así visto todo junto, lo mismo merece la pena dar este cambio a la agricultura regenerativa.

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