Si tu objetivo es reducir la frecuencia de riego será necesario que, sin dañar la rizosfera, haya una cierta mezcla de las microalgas gelificadas con el sustrato que ya existe en tu suelo. Con ello favorecerás que lleguen a zonas más profundas y que su papel como reservorio de agua mantenga la raíz húmeda y sea capaz de abastecer las necesidades hídricas de tus plantas. Cada vez que riegues estas algas gelificadas volverán a cargarse de agua y volverás a contar con todo su potencial de absorción. Es por tanto una enmienda de la que podrás beneficiarte varias campañas de cultivo.
Si tu objetivo, además de reducir la dependencia del riego es beneficiarte de todo lo que las microalgas pueden hacer por ti, lo mejor es que las apliques lo antes posible una vez recibas el producto. Nosotros te las serviremos en el momento de mayor actividad y por tanto, cuando más pueden reproducirse y proliferar por tu suelo. Esto no quiere decir que no es que a partir de ese momento no pueda aplicarse, ya que seguirá siendo una enmienda fantástica para suministrar materia orgánica de alta calidad a tu cultivo, pero no podrá aportar todos los beneficios potenciales que este producto lleva asociado a la hora de restaurar la naturaleza edáfica.
Solidificamos nuestros propios cultivos de microalgas fotosintéticas hasta conseguir una consistencia gelatinosa.
No almacenes tus microalgas gelificadas mucho tiempo antes de su aplicación ni las dejes bajo la luz directa del sol. Lo mejor es que las apliques cuanto antes y que cuenten con luz ambiente, pero las radiaciones aumentarán demasiado la temperatura afectando negativamente a su supervivencia.
En ese caso, seguirán siendo una buena enmienda de materia orgánica de muchísima calidad y seguirán actuando como estupendos reservorios de agua pero la actividad de las microalgas empezará a descender, con lo que el impacto beneficioso que podrían aportar a tu suelo en la restauración de la naturaleza se verá reducido.
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